Un buen día se nos ocurrió viajar a Islandia. En bicicleta, con la tienda de campaña y en otoño, cuando el turismo desaparece, los días se acortan y la naturaleza parece revelarse contra el ser humano. Nuestro propósito era recorrer los fiordos del oeste, una zona poco poblada y que disfruta de unas condiciones meteorológicas bastante adversas y del todo impredecibles.
Años más tarde llegaría la península de Hornstrandir, a pie y con 24 kilos a la espalda. Otra gran experiencia de dureza comparable.
Península de Hornstrandir
Arco iris blanco, península de Hornstrandir
Zorro ártico (Vulpes lagopus), península de Hornstrandir
Zorro ártico (Vulpes lagopus), península de Hornstrandir
Basura de deriva, península de Hornstrandir
Zorro ártico (Vulpes lagopus), península de Hornstrandir
Zorro ártico (Vulpes lagopus), península de Hornstrandir
Zorro ártico (Vulpes lagopus), península de Hornstrandir
Zorro ártico (Vulpes lagopus), península de Hornstrandir
Jökulsárlón
Musgo ártico
Cascada oculta
Charrán ártico (Sterna paradisaea)
Dritvik
Snafellsnes
Snafellsnes
Snafellsnes
Snafellsnes
Latrabjarg
Latrabjarg
Latrabjarg
En algún lugar de los fiordos del oeste