Esta sencilla frase resume mi visión de lo que debería ser la montaña: un entorno natural, prístino, sin domesticar.
Paradójicamente, los entornos más protegidos son los que cuentan con más elementos artificiales. Pistas para vehículos todo terreno, servicios de taxi, refugios tipo hotel, pasamanos… son habituales en los masificados parques nacionales de los Pirineos.
Estas fotografías muestran los lugares que me gusta recorrer con mi mochila: salvajes, sin pistas, sin cemento; naturaleza en estado puro.